Del corazón del Aconcagua al corazón de Ñuñoa.
Así nace la Fiesta del Carménère en Ñuñoa 2025, una celebración creada por los Viñateros del Aconcagua para rendir homenaje al vino que mejor cuenta nuestra historia.
Cada 24 de noviembre, Chile celebra el Día Nacional del Carménère, la cepa que desapareció del mundo por más de un siglo y renació aquí, en nuestras tierras.
Este año, el espíritu del valle se traslada a Santiago para compartir el sabor, la cultura y la energía del Aconcagua, en una jornada imperdible donde podrás disfrutar de música en vivo, gastronomía local y degustar un vino Peumayen, entre muchas otras etiquetas del valle.

Fecha y lugar Fiesta del Carménère en Ñuñoa 2025
22 de noviembre de 2025
Casa de la Cultura de Ñuñoa – Irarrázabal 4055
Horario: De 12:00 a 22:00 horas
Actividades
- Degustaciones de 9 viñas del Valle de Aconcagua.
- Música en vivo con el DJ Fader de Radio Concierto y su show Full Hit 80s.
- Gastronomía local y foodtrucks.
- Feria de emprendedores y productos del valle.
- Actividades culturales y paneles sobre el vino chileno en el extranjero.
Entradas Fiesta del Carménère en Ñuñoa 2025
- Preventa Copa: $16.000
- En puerta: $20.000 (degustaciones ilimitadas)
Compra tus entradas aquí: https://www.passline.com/eventos/la-fiesta-del-carmenere
Invita: @vinaterosdeaconcagua
El milagro del Carménère: la uva que Chile devolvió al mundo
La historia del Carménère en Chile es una de las más interesantes del mundo del vino, marcada por el azar, la ciencia y la identidad nacional.
Origen y desaparición en Europa
El Carménère nació en la región de Burdeos, Francia, donde fue una de las seis cepas tintas tradicionales junto al Cabernet Sauvignon, Merlot, Malbec, Petit Verdot y Cabernet Franc. Sin embargo, a mediados del siglo XIX, una plaga de filoxera devastó los viñedos europeos y la variedad desapareció casi por completo. Durante décadas se la consideró extinta, y solo existía en los registros históricos del vino francés.
Llegada a Chile por casualidad
A mediados de 1800, antes de la plaga, algunos viticultores chilenos trajeron plantas de vid desde Burdeos. Entre ellas, sin saberlo, viajaron también algunas cepas de Carménère mezcladas con Merlot. Durante más de un siglo, los viñateros chilenos cultivaron y vendieron ese vino creyendo que era Merlot chileno de maduración tardía, que curiosamente daba un vino más suave y aromático.
Redescubrimiento en los años 90
En 1994, el ampelógrafo (ciencia dedicada a la identificación, descripción y clasificación de las vides y sus variedades) francés Jean-Michel Boursiquot, durante una visita al Valle del Maipo, identificó que muchas de las vides llamadas Merlot en realidad eran Carménère. Fue un hallazgo histórico: el mundo descubría que la cepa perdida de Burdeos había sobrevivido en Chile durante más de 130 años.
El renacimiento del Carménère chileno
Desde ese momento, Chile se convirtió en el único país del mundo con producción significativa de Carménère, y comenzó a promoverla como su cepa emblemática nacional. Las condiciones climáticas del país —particularmente los valles del Colchagua, Cachapoal y Maule— permitieron que la uva alcanzara una expresión única, con notas de frutas negras, pimiento rojo y especias suaves.
Legado y reconocimiento
Hoy, el Carménère simboliza la identidad y resiliencia del vino chileno. Cada 24 de noviembre, en todo Chile, se celebra el Día Nacional del Carménère, con eventos, degustaciones y ferias a lo largo de todo el país. Lo que alguna vez fue un error botánico se transformó en un orgullo nacional y una carta de presentación del vino chileno ante el mundo entero.
