22 enero 2025
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¿Por qué los Funerales Nocturnos de Bomberos?

El pasado 5 de agosto la sala de la Cámara de Diputados aprobó por unanimidad un proyecto que fue enviado al Senado, en el que se modifica el Código Sanitario para facilitar los funerales nocturnos de bomberos. 

Dicha norma pretende disponer de un horario extraordinario, para que los Cuerpos de Bomberos puedan desarrollar sin problemas sus ceremonias funerarias y romerías fuera de las horas normales de atención al público de los cementerios.

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Funeral nocturno de Bomberos de Valparaíso. Foto de la CBV

Como es sabido, desde hace muchos años los cuerpos de bomberos sepultan a sus mártires y voluntarios fallecidos por diversas causas, en ceremonias nocturnas, muchas veces con la presencia de bomberos de otras ciudades, quiénes en señal de camaradería y espíritu de unión, llegan hasta el Camposanto a dar el último fraterno saludo a quienes teniendo los mismos ideales han dado gran parte de sus vidas en bien de la patria y la ciudadanía. 

Así, la nobleza bomberil se ha hecho parte  del paisaje ciudadano y el paso de un funeral con antorchas y el toque de sirenas ya es parte del patrimonio inmaterial de cada pueblo. Además, muchas veces es la ciudadanía en forma anónima, la que se hace presente en estos cortejos que tienen la particularidad de ser realizados a pie. 

Esta solemnidad se acrecienta al paso de las calles, por las que muchas veces caminó el occiso en su importante labor de servidor público, sin esperar remuneración y tratando cada vez de dar lo mejor de sí en beneficio de los demás.

Sólo medallas y condecoraciones reciben estos nobles ciudadanos a su paso por la Institución, los que a los 50 o más años de servicio son declarados como “BOMBEROS HONORARIOS”. Dignos de todo mérito; sin embargo eso es poco para el servicio que prestan a diario. Tal vez sería necesario reforzar ese logro tan importante, el que podría consistir en una declaración de HIJO o CIUDADANO ILUSTRE por la respectiva Municipalidad.  

El uso de las antorchas viene del Antiguo Egipto

En el antiguo Egipto, el uso de antorchas en los funerales, tal como se describe en el Libro de los Muertos (capítulo 137A), tenía significados profundos relacionados con la iluminación y la protección del alma en su viaje al más allá. Las antorchas ayudaban a guiar al difunto a través de la oscuridad hacia la luz eterna y eran un símbolo de regeneración, se pretendía que el calor vital y la luz de la divinidad afluyesen al difunto.

La conexión de este rito con el Occidente, especialmente con el Imperio Romano y España, se puede rastrear a través de las prácticas y adaptaciones culturales que surgieron del intercambio entre civilizaciones. Los romanos, conocidos por asimilar las costumbres de los pueblos conquistados, adoptaron varias prácticas religiosas egipcias, incluidas algunas relacionadas con los rituales funerarios. La veneración de Isis, una diosa egipcia, y sus rituales asociados, se extendió por el Mediterráneo y pudo haber influenciado las prácticas funerarias romanas, incluido el uso de antorchas.

En España, durante la época romana y posteriormente en la era cristiana, las antorchas continuaron siendo un elemento común en los rituales funerarios. En el contexto cristiano, las antorchas simbolizan la luz de Cristo y la esperanza de la resurrección, evolucionando de sus antecedentes paganos pero manteniendo la esencia de guiar y proteger el alma del difunto.

Este entrelazamiento de las tradiciones funerarias, desde el Egipto antiguo hasta el Imperio Romano, España, y el Chile contemporáneo, a través de Funerales Nocturnos de Bomberos de Chile, muestra cómo las prácticas culturales se pueden transformar en patrimonio inmaterial de una nación.

En Valparaíso nacen los Funerales Nocturnos de Bomberos

Los Funerales Nocturnos de Bomberos tienen su origen en la ciudad de Valparaíso, en dónde hijos de comerciantes de la ciudad crearon los primeros cuerpos de bomberos a comienzos del s. XIX, registrando su primer funeral nocturno, un ya lejano 12 de abril de 1859.

Habiendo fallecido el voluntario de la 3ª Compañía del Cuerpo de Bomberos de esa ciudad Domingo Segundo Espiñeira, surgieron problemas para realizar su sepelio a pleno día.

En aquella época los cadáveres debían ser llevados al panteón en horas de la noche y su entierro se realizaba en las primeras horas de la mañana en el mismo lugar.

Eran días de ambiente bélico en la ciudad, a raíz de la revuelta conocida hoy como Revolución de 1859, la que fue  encabezada por don Pedro León Gallo Goyenechea, por lo que habían sido sometidos a prisión su hermano y Director de la Compañía,  Angel Custodio Gallo Goyenechea, el Capitán Juan J. Rodríguez y el Teniente 3° Manuel A. del Río. Además, el Secretario, don Octavio González Raimundis, se debió autoexiliar con el fin de no ser apresado. 

Como puede apreciarse, cualquier actividad de la Compañía estaba sujeta a los designios de las autoridades y aún, cuando se solicitaron los respectivos permisos, la autoridad negó la autorización para efectuarlos en pleno día. 

Por tal motivo, la Compañía correctamente formada programó los funerales para la una de la madrugada, debiendo llevar cada voluntario el típico chonchón que se usaba para iluminar el interior de las viviendas. 

De esta agitada circunstancia quedó la costumbre hasta nuestros días, de celebrar los funerales de voluntarios del Cuerpo de Bomberos en horas vespertinas, “pasadas las oraciones”, como se diría en aquella época, e iluminados con antorchas.

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Cortejo Fúnebre frente al Cementerio General de Santiago. Foto Octava Compañia de Bomberos de Santiago

Con el tiempo, esta costumbre de realizar los funerales bomberiles en horas de la noche, se ha extendido de norte a sur y ya es difícil ver un cortejo de esta naturaleza en pleno día.

Hoy, cuando las leyes y reglamentos van invadiendo más y más todas las actividades que se realizan en el país, esta nueva disposición es sumamente necesaria, ya que como se ha sabido un cementerio provinciano negó el año pasado la autorización para realizar el funeral de un distinguido bombero en horas fuera del horario de atención de público.    

Sólo resta que esta actividad funeraria sea declarada oficialmente como Patrimonio Inmaterial de Bomberos, para cerrar este episodio que ha necesitado el proceder de los Diputados para evitar futuras contingencias en un acto de tanto simbolismo para nuestros estimados Caballeros del Fuego. 

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